El sábado 10 de junio se recuperaba otra de las actividades, aparcada en los últimos años, en el Colegio Claret de Segovia.
La tradicional paellada en la que toda la comunidad educativa del centro, se congrega para que familias, alumnos y trabajadores, tanto docentes como no docentes, compartan una jornada de confraternización y de intercambio de vivencias cuando nos encaminamos al tramo final del curso.
Cerca de 800 raciones de paella se repartieron en este día de convivencia, en el que, además, se intercalaron otras actividades, como la Celebración Eucarística, los hinchables, para los más pequeños, o los “encarnizados” torneos de tute y mus, en los que, a la rivalidad habitual, se añade la propia de los enfrentamientos intergeneracionales que les otorgan un plus competitivo muy especial.
Todo serviría para redondear una reunión pensada para disfrutarla en compañía de quienes tienen en común su pertenencia al Claret y que se desarrolló en su patio central, hasta bien entrada la tarde, para la mayoría de los asistentes.
No hay que olvidar el carácter solidario que esta cita tiene, en el sentido de que, todos los beneficios de la misma, van dirigidos a la fundación PROCLADE, y para sus proyectos con los más desfavorecidos a lo largo de toda la geografía mundial.