Nuestro Colegio Claret de Benimaclet, Valencia, está viviendo estos momentos sacando lo mejor de su comunidad educativa y trantando de transmitir un mensaje de tranquilidad a las familias. Aquí os contamos un poco más detenidamente de todo ello a través de algunas respuestas de Vicente Martí, su director.
Que la excepcionalidad de la situación invite a tomar decisiones excepcionales parece una conclusión muy natural, por lo que cabían múltiples esperas a la intervención que el miércoles pasado ofreció la ministra de Educación, Isabel Celaá. Pero tras esta esperada comparecencia, toda la comunidad educativa quedó más o menos igual, es decir, conjugando la incertidumbre en el mismo tiempo verbal: futuro imperfecto. “La ministra no ha dicho nada nuevo”, apunta Vicente Martí, director del colegio claretiano del barrio de Benimaclet, en Valencia.
El amplio margen a las decisiones subjetivas que hará inclinar la balanza al aprobado o suspenso de los alumnos, recaerá, casi en último término, en los profesores: “Que el aprobado sea norma y la repetición de curso, excepción es el motivo por el que trabajamos todos los años”, recuerda el director. De la misma manera que las reuniones de planificación al comienzo de cada curso, atendiendo a los contenidos que no hayan podido ser reforzados en el anterior. “Es algo que siempre ha pasado, en cualquier colegio de España, que a algún docente no le haya dado tiempo a explicar a fondo el temario completo”. Y finalmente, Martí explica: “Que lo de siempre sea ahora novedad genera situaciones de saturación que se hacen más graves si las situamos en este contexto de confinamiento”. Por todo ello, el mensaje que quiere enviar el centro a las familias es el de tranquilidad. “El mismo que hemos mantenido desde el comienzo de la crisis”, puntualiza Martín. “Y el año que viene nos veremos todos y reharemos los currículums. No hay tanto problema”.
“El Claret-Benimaclet es un colegio de barrio, un centro de 360 alumnos donde ya nos conocemos todos. Desde nuestra posición es más sencillo afianzar nuestro mensaje de calma”. Así, el Equipo Directivo, con la ayuda de los misioneros Carlos Puerto y Germán Padín, realizó un sondeo telefónico a todas las familias, preguntándoles por la situación en casa. “Proporcionamos las herramientas que los chicos iban a necesitar estos días, incluso llegando a prestar ordenadores si es que hicieran falta”. La poca brecha digital, no fue el principal de sus problemas. “Localizamos a todos los alumnos, montamos la estructura online en tiempo récord… y a la faena”. En este punto el director del colegio se detiene a elogiar la labor de todos los compañeros: “Lo dijo Juan José Raya, director del Claret Segovia, y tiene toda la razón: un profesor sin vocación ya se hubiera cogido la baja”.
A la pregunta de si podemos suplir con tecnología el intercambio intelectual de las clases presenciales, la respuesta es rotunda: “Ciertamente, no. Sobre todo por ese aprendizaje no académico que es socializar. Pero estamos buscando alternativas, y a este nuevo sistema ya le hemos empezado a coger el punto”. Reuniones telemáticas, trabajos en red, vídeos donde los profesores se graban explicando un tema concreto… “La respuesta de los alumnos está siendo fantástica”.
Por último, Martí destaca el trabajo del Departamento de Orientación: “No solo por las pautas que ofrecen a toda la comunidad educativa. También porque han sabido detectar a aquellos alumnos que se han quedado rezagados en algún tema, y han formado grupos desde nuestra plataforma digital específicos para ellos, donde están trabajando para que nadie se disperse”, finaliza.