El servicio evangelizador a los alumnos y a sus familias ha tenido días atrás un subrayado especial. La semana en que se celebra la fiesta del Padre Claret acrecienta el deseo de seguir haciendo camino con los educadores laicos y el personal de los centros, alentando a los alumnos y a sus familias en una visión más humana, más cristiana. Y es que muchas veces hablamos de las misiones, de los proyectos, de los beneficiarios… Sin embargo, en pocas paramos a reflexionar sobre el trabajo de los Misioneros Claretianos y sobre cómo ser misionero en nuestra vida cotidiana. Esto es precisamente lo que se pretendía en esos días en que nuestros colegios celebraban la fiesta de Claret.
De tal modo, el centro de educativo Claret Valencia-Benimaclet adelantó la celebración al pasado día 21 de octubre, viernes, con una serie de actividades programadas entre los equipos directivos y el coordinador de pastoral, el religioso Carlos Puerto. De tal modo, la fiesta se inició con una oración en el patio en la que participó todo el colegio y donde se pudo meditar en torno a la vida del santo de Sallent, nuestro fundador.
A renglón seguido, cada curso, según su etapa abordó diferentes actividades, que fueron desde la confección de retratos de Claret dibujados por los alumnos de primaria hasta la recreación de tallas de nuestro fundador moldeadas con plastilina por los pequeños de infantil. Más tarde, la hora del recreo se convirtió en una fiesta de bailes, aros y globos, con una yincana preparada por los propios alumnos del centro, en esta ocasión, los más mayores. Para los padres y profesores, también se dispuso un momento. La comunidad colegial va más allá del pupitre y el aula, y por ello, se decidió abrir las puertas del colegio e invitar a antiguos alumnos, padres y profesores a compartir en el colegio este día de celebración.