Tres años después del inicio de la pandemia, nuestro Colegio Corazón de María (CODEMA) de Gijón, ha sido invitado a reflexionar junto al Dicasterio para la Cultura y la Educación de Roma. Así, el pasado 9 de marzo, el misionero claretiano Simón Cortina, director del Colegio, fue invitado a una jornada de reflexión organizada por el Dicasterio para la Cultura y la Educación sobre las consecuencias y oportunidades que la pandemia del COVID-19 ha dejado en el mundo escolar. Leyendo las sombras que desde entonces se han reconocido, pero también abriendo las ventanas que nos muestran unas vistas a la reactivación educativa inclusiva, el prefecto del órgano pontificio, Card. José Tolentino de Mendonça, condujo un encuentro telemático junto con el subsecretario del mismo, Mons. Melchor Sánchez de Toca, que congregó hasta a seis directores de centros de enseñanza de inspiración cristiana con presencia en España para repensar la experiencia vivida desde el inicio de la pandemia, -justo hace tres años-, hasta el día de hoy.
De este modo se quiso responder al llamamiento del papa Francisco, que en el mensaje para la Jornada de la Paz de este año afirmaba que “transcurrido este tiempo, ha llegado el momento de abrir un espacio para cuestionarnos, aprender, crecer y dejarnos transformar”. De tal modo, en un ambiente cordial y sosegado, los responsables de los centros pudieron poner de manifiesto, entre otras cuestiones, cómo se percibe, en general, una mayor fragilidad en las personas, una cierta falta de habilidades sociales o una mayor dificultad para el trabajo cooperativo y en equipo por parte de los alumnos. A grandes rasgos, los docentes también señalaron un cansancio y desgaste de todo el profesorado, que puede llegar a derivar en una no debida atención de los problemas emocionales del alumno.
Al tiempo, los profesionales al frente de estos seis centros de enseñanza convocados en la reunión quisieron subrayar también las oportunidades educativas que se atisban en el horizonte desde la irrupción del COVID-19. Así, enumeraron la aceleración del proceso de transformación digital y la mejora tecno-educativa, la valoración de las pequeñas cosas del día a día que habitualmente damos por supuestas, y el hecho de que cada vez se haga más patente el reto de la personalización del aprendizaje y de la atención a cada alumno de acuerdo con sus necesidades y demandas. “Seamos escuelas del cuidado”, expresó Cortina. Y hablando no solamente desde centro que dirige, sino asumiendo la voz de los siete colegios que la provincia claretiana de Santiago atiende en nuestro país, animó a seguir preocupándose del bienestar psicológico de nuestros alumnos. “La cercanía, la atención y el cuidado de todos por todos es fundamental”. “La articulación en forma de planes realistas y sostenibles de propuestas de trabajo en educación emocional en sus dimensiones intrapersonal e interpersonal y en el desarrollo socioafectivo representa un auténtico reto de este tiempo y del que tenemos por delante”, concluyó.